Notas de Lois Patiño sobre SAMSARA
Samsara profundiza en algunas constantes que he ido explorando en mi trabajo: la reflexión sobre la relación entre el ser humano y el paisaje, un interés antropológico centrado especialmente en lo mítico y espiritual o la voluntad de llevar al espectador a una experiencia íntima y meditativa. En mis películas anteriores, he desarrollado conceptos que tienden a “vaciar” la imagen, como la distancia, la duración o la inmovilidad. Las figuras humanas aparecen en estas películas muy alejadas o paralizadas, sugiriendo, de alguna manera, una desaparición, un diluirse del ser humano en el paisaje. En Samsara sigo trabajando desde el concepto freudiano de “sentimiento oceánico”: sentirse formar parte del Todo, como la gota de agua forma parte indivisible del Océano, una idea de comunión espiritual presente también en el concepto de Iluminación budista que el proyecto explora.
En Samsara quería llevar el “vaciamiento” de la imagen un paso más allá y explorar más profundamente la idea y la representación de lo invisible en el cine. Así es como pensé en hacer una película para ver con los ojos cerrados. Quería también aproximar aún más la experiencia cinematográfica a la meditativa y que la sala se convirtiera en un espacio de meditación colectiva. Me interesa, por otro lado, la multiplicación de la imagen que provoca el gesto de cerrar los ojos, ya que el sonido evocará imágenes diferentes a cada espectador. Así como la experiencia perceptiva singular derivada del hecho de que sea el párpado, empapado de luz, el que se convierta en pantalla. El Libro tibetano de los muertos -una descripción detallada de lo que nos encontraremos en el más allá- me pareció un lugar óptimo para desarrollar esta propuesta cinematográfica de ojos cerrados, por ser un espacio espectral, donde lo evanescente y fugaz adquiere mayor presencia.
